miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿La tecnología nos beneficia?



Las nuevas tecnologías están invadiendo, poco a poco, nuestras vidas. Aunque, paradójicamente, el avance de éstas se está producienco a una velocidad pocas veces vista en la Historia de la Humanidad.
Con nuevas tecnologías, me refiero al famoso Iphone, Ipad, BlackBerry etc, etc, etc. También está, evidentemente, la televisión (ahora ya en 3D), los Ipod, móviles, portátiles, etc, etc, etc. Y, seguramente, existirán multitud de aparatitos que se me escapan de la mente, y del bolsillo.
Y, digo yo, tanto aparatito...¿¿se puede saber para qué?? Porque que yo sepa, no somos ni más felices, ni más sanos, ni nos comunicamos mejor. Eso sí, información y juegos todos los que quieras, pero ¿qué hay de la comunicación cara a cara, la verdadera comunicación con una persona?
En eso estamos empobreciéndonos y vamos pareciéndonos cada vez más a máquinas o robots alejados de lo que debe ser un ser humano. En realidad, se puede alzancar un alto grado de adicción a estos aparatitos. Todo el día "enganchados", "enchufados". Un claro ejemplo es la Blackberry, muy popular entre los adolescentes. No sé si será cierto, pero leí que el nombre de Blackberry era utilizado para llamar a los esclavos negros en Estados Unidos. Y ahi están, los altos ejecutivos de chaqueta y corbata, los jóvenes adolescentes, "enganchados" como "esclavos" a la maquinita.

Evidentemente, todo avance y descubrimiento, tanto en el campo tecnológico como en cualquier otro campo, es positivo para la Humanidad. Pero ¿y si la ciencia avanza más rápido que nosotros? Quiero decir, ¿y si no estamos preparados para saber manejar eso que inventamos sin que nos tenga controlados, sin ser tan dependientes? Porque, a veces lo pienso, y si por cualquier causa insospechada, imprevista, todo esto se desmoronara, ¿qué pasaría? Es importante tener un plan B, otras alternativas, y el problema es que practicamente no existen...
Por eso, lo que verdaderamente importa para que una civilización sea más fuerte, es que sus habitantes sean fuertes. La educación es la clave. Con verdadera educación, no habría un tercer mundo, ni zonas marginadas, ni nada de eso. Porque sabrían salir adelante y, además, se ayudarían unos a otros. Pero esta manía por el dinero, por inventar maquinitas cada vez más pequeñas y sofisticadas, creo, sinceramente, que no va a acabar con la solución al problema sino que lo está aumentando.
Porque no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Como dijo Sócrates al pasar por un mercado: ¡Cuántas cosas que no necesito! El que verdaderamente dice eso, es realmente el afortunado

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